¿PUEDE FRANCIA CONTAR CON UN RESCATE DEL BCE SI LAS ELECCIONES PERTURBAN LOS MERCADOS?

Por Francesco Canepa y Balazs Koranyi

SINTRA, PORTUGAL, 4 jul (Reuters) - Desde que el presidente Emmanuel Macron convocó elecciones parlamentarias anticipadas el mes pasado, aumentando las posibilidades de un Gobierno de extrema derecha, el Banco Central Europeo (BCE) se ha enfrentado a la pregunta de si prestaría apoyo al agitado mercado de bonos de Francia.

Los dirigentes monetarios no tienen prisa por actuar, también a la luz de unos mercados más tranquilos desde que la primera ronda de votaciones dio al ultraderechista Reagrupamiento Nacional (RN) de Marine Le Pen unos resultados peores de lo esperado. Pero el riesgo de un Gobierno liderado por el RN tras la segunda vuelta del domingo no está ni mucho menos descartado.

Esto es lo que Reuters descubrió sobre el pensamiento del BCE en su Foro anual sobre Banca Central en Sintra, Portugal, tras conversaciones con más de una docena de miembros del Consejo de Gobierno:

¿QUÉ HARÍA FALTA PARA QUE EL BCE EMPEZARA A COMPRAR BONOS FRANCESES?

El Instrumento para la Protección de la Transmisión (TPI, por sus siglas en inglés) del BCE le permite comprar un número ilimitado de bonos de un país de la zona euro que esté sufriendo un endurecimiento desordenado e injustificado de las condiciones de financiación.

El incremento de la prima de riesgo que exigen los inversores para mantener la deuda francesa —hasta un máximo de 12 años de unos 80 puntos— que se produjo hace unas semanas no cumplía ninguna de las dos condiciones, según el economista jefe del BCE, Philip Lane, que lo describió como una simple "repreciación" en una entrevista con Reuters.

Otro responsable de la política monetaria en la reunión de Sintra dijo que incluso una prima de riesgo -calculada por la diferencia entre los rendimientos de los bonos soberanos franceses y los alemanes de referencia- de 100 puntos básicos no justificaría la adopción de medidas, y otro dijo que los diferenciales actuales parecen estrechos teniendo en cuenta la elevada deuda pública de Francia.

En general, los dirigentes monetarios tendrían que ver un aumento de los rendimientos lo suficientemente grande como para obstaculizar la transmisión de los tipos de interés del BCE a la economía.

"Si llegamos a la conclusión de que la transmisión funciona, no hay más que hablar", dijo a Reuters el gobernador del banco central irlandés, Gabriel Makhlouf.

Un portavoz del BCE no quiso hacer comentarios para este artículo.

¿QUÉ HAY DE LA PARTE 'INJUSTIFICADA'?

Este elemento está sujeto a interpretación y es un poco controvertido. El TPI está sujeto a una serie de condiciones, entre ellas el cumplimiento de las normas fiscales de la Unión Europea.

Esto puede suponer un problema para Francia, que está sometida a un "procedimiento de déficit excesivo" por parte de la Comisión Europea, aunque la presidenta del BCE, Christine Lagarde, ha dicho que se trata sólo de "una condición alternativa".

La mayoría de los gobernadores cree que el BCE debería seguir el ejemplo de Bruselas y no acudir al rescate de Francia hasta que París haya llegado a un acuerdo con la Comisión sobre la reducción de su déficit.

Pero un par de ellos admitieron que la mano del BCE podría verse forzada mucho antes de que concluya ese proceso, que probablemente llevará meses.

Este sería el caso, en particular, si la venta de bonos en Francia se extiende a otros países cargados de deuda, como Grecia, Italia y Portugal.

"El Banco Central Europeo tiene que hacer lo que tiene que hacer", dijo Lagarde durante una mesa redonda en Sintra. "Nuestro mandato es la estabilidad de precios. La estabilidad de precios depende obviamente de la estabilidad financiera, y estamos atentos a ello".

¿QUÉ HARÍA ENTONCES EL BCE?

Los banqueros centrales europeos no han empezado a hacer planes para este escenario catastrófico y aún esperan que el TPI no se utilice nunca.

Algunos contemplan la idea de una intervención temporal, en el espíritu de la efímera incursión del Banco de Inglaterra en el mercado de deuda pública durante la minicrisis presupuestaria de 2022.

Los participantes en los mercados financieros especulan con la posibilidad de que el BCE compre bonos de países distintos de Francia, pero a los banqueros centrales no les convence la idea de apagar un incendio sin atajar su origen.

Otros se quedaron petrificados ante la perspectiva de comprar cantidades masivas de bonos de múltiples jurisdicciones, lo que podría arrastrar al BCE de vuelta al mundo de la impresión de dinero que está intentando dejar atrás.

Fundamentalmente, los dirigentes monetarios quieren evitar cualquier compromiso o norma rígida, para así poder reaccionar como mejor les parezca.

"Creo que es muy importante que no demos ninguna señal al mercado de que tenemos algún tipo de automatismo, límites o restricciones duras en lo que hacemos", dijo a Reuters el gobernador belga, Pierre Wunsch. "La norma es que debe ser injustificada y desordenada. Será una decisión discrecional".

(Información de Francesco Canepa; editado por Emelia Sithole-Matarise; editado en español por Mireia Merino)

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